jueves, octubre 19, 2006

¡¡El mundo se acaba mañana!!


Entre tanta profecía acerca del fin del mundo, apocalipsis varios, meteoritos que chocarán contra la tierra y teorías científicas (como la que dice que la vida humana se extinguirá dentro de 10 millones de años tras cumplirse un nuevo ciclo evolutivo), existe un vaticinio que habla de una tercera guerra mundial propiciada por un pais oriental en contra de occidente y Estados Unidos, y en la que las armas nucleares serán las encargadas de acabar con la vida en la tierra.


Asusta un poco si se toma en cuenta lo de Corea del Norte y sus pruebas atómicas, y más aún con la última gracia que se mandaron al ofrecer guerra a cualquiera que ose interferir en su carrera armamentista puesto que consideró las sanciones que le impuso la ONU como "una declaración de guerra" y advirtió que responderá sin misericordia a cualquiera que viole su soberanía. ¡Chucha! Corea se puso chora y el resto del mundo estamos con el culo en la mano.

Una vez, hace como 10 años tuve un sueño muy raro, quizás el más raro que he tenido, pero está relacionado con el tema, asi que se los cuento y de ahí les hago una pregunta.


En el sueño yo estaba viendo la TV y mostraban unos hipopótamos chapoteando en algún charco africano y un bote con exploradores navegando alrededor de los animales, mientras la voz en off decía "he aquí los causantes de que proximamente se extinga toda vida en la faz de la tierra. Como vemos en la recreación computarizada, producto de la contaminación del ecosistema, los hipopótamos han ingerido residuos tóxicos los cuales son metabolizados por su sistema digestivo y transformados en material altamente explosivo"


El relato seguía mientras mostraban computacionalmente lo que pasaría en poco tiempo con los hipopótamos (y aquí se pone fantástico el sueño, pero bueno, un sueño es un sueño): "El hipopótamo se sentará en el agua y su cabeza y boca se transformarán en un cañón, a través del cual saldrá despedida la bomba nuclear fabricada en su estómago. Al igual como sucedió en la epoca prehistórica con un antepasado del hipopótamo que extinguió por este mismo proceso a todos los dinosaurios, hoy lo hará con los seres humanos y animales actuales, ya que este proceso se repite cada cientos de millones de años"


En seguida me veía en el patio del colegio donde estudié la primaria, con todos mis compañeros de esa época, reunidos para esperar el "fin del mundo". Todos sabían lo que iba a suceder y queríamos pasar juntos esos últimos minutos de vida. Era de noche, había un fogón y todos estaban felices, tocando guitarra, cantando, conversando.

En esas conversaciones algunos se sinceraron con otros y contaron cosas de alto calibre: "¿Sabes? yo me metí con tu hermana" ó "a mi me gustó siempre tu mamá y varias veces me toqué pensando en ella", pero a nadie le importaba ya que de todas maneras el mundo acabaría.


En esas conversaciones estábamos cuando comienza un fuerte temblor y todos entran en pánico, a correr para todos lados, a gritar. Yo me veía tranquilo y sentía que sabía cada cosa que iba a pasar pues había visto el documental de la tele, y pensaba "mmmm ahora seguro se abrirá la tierra y por ahí saldrá el hongo atómico..." acto seguido, se abre la tierra y sale un chorro, como un geiser, una especie de líquido amarillento. Todo era caos, todos corrían y mientras el líquido salía yo esperaba que se formara el famoso hongo atómico y no pasaba nada. El patio se comenzó a inundar y yo dije "mmm que raro, voy a probar que es".

Recojo un poco del líquido en las palmas de mi mano y lo bebo....


"mmm esto no es radiactivo... es algo que yo conozco, algo que he probado antes... es... es....




¡¡¡...ES CERVEZA!!!!"

Y ahí desperté, cagado de la risa y extrañado con el sueño por lo bizarro, absurdo y freak que había sido, pensando en lo que quizás habría pasado después al darnos cuenta de que el mundo no se acabaría por la cerveza, pero vendría la hora de ajustar cuentas por los sinceramientos de instantes atrás, jaja la cagaíta. Pero luego me puse a reflexionar: Si supiera que el mundo se va a acabar mañana ¿Que haría hoy? ¿pediría disculpas a la gente que he dañado? ó diría "aah que se caguen, total mañana se acaba el mundo". ¿tendría sexo por doquier? o pensaría "quiero morir virgen" (si oooh). ¿Comería hasta reventar?¿Me suicidaría?¿Le diría unas cuantas verdades a todos los hijos de puta que se lo merecen? ¿Creería que vendrán los marcianos a rescatarme?. ¿Me sentiría frustrado por no haber cumplido ciertas metas ? ó ¿Me sentiría satisfecho de la vida que he tenido y esperaría sentado el fin? ....

Bueno, finalmente ... ¿QUÉ HARÍAS TU?

martes, octubre 10, 2006

Volar en Avión

Creo que a la hora de clasificar a la gente que viaja en avión, hay 2 tipos de "viajeros": Los que derechamente tienen pavor a volar; y los que se suben como si estuvieran abordando un Tur bus. Los primeros si que sufren cuando deben viajar por esta vía, (el caso más emblemático, el del Bichi Borghi) algunos se dopan, otros se someten a sesiones de hipnosis, otros chupan como condenados (tengo un amigo visitador médico que no teme a volar, o al menos eso parece, pero igual chupa como condenao) y otros simplemente entran en pánico cuando se encienden las turbinas.
Según esa clasificación, yo considero que estoy en el medio. No me da miedo volar pero hay ciertas cosillas del vuelo que a veces inquietan y ahora que ví un programa que rememoró la caída del Aeroperú hace 10 años me motivé a escribir algo acerca de la experiencia de volar.

Los que han volado conocerán todo el procedimiento: Uno aborda, luego de pasar en tierra por el odioso sistema de revisión por parte del personal de seguridad ( se ha extremado ésto después del 11 de septiembre de 2001, al punto que ya ni se puede llevar cortauñas o inhalador en el equipaje de mano) y en la puerta del avión está la azafata con la mejor sonrisa y una bandejita de pastillas. "Hola" te dice, pero por dentro seguro estará pensando "otro viaje de mierda más y otro montón de gente de mierda". Caminas por el pasillo luego de tomar un periódico (La tercera o el Mercurio, cual de los 2 mas fomes) y haces lo posible por llegar a tu lugar atravesando el taco que se arma con la gente que intenta guardar sus cosas en el maletero ubicado sobre su asiento. Al final, logras guardar tu bolso en el maletero arriba de tu sitio, el 8G; la chaqueta en el 11C y el bolso con el discman en el 19F. Te sientas, te abrochas el cinturón y se encienden las turbinas.

La jefa de cabina da la bienvenida por altoparlantes y te invita a poner atención a las instrucciones que las azafatas darán mediante las clásicas mímicas: "Este avión cuenta con 3 salidas de emergencia... En caso de pérdida de presión, mascarillas caerán automáticamente sobre su asiento... Su cojin puede ser usado como dispositivo de flotación... Revise la cartilla que se encuentra ubicada delante de su asiento...". O sea, todo lo que dictan las normas internacionales de aeronáutica en materia de seguridad. Lo necesario para actuar en caso de emergencia. Pero ¿que hace uno mientras enseñan eso? Uno lee el diario, escucha discman o conversa con el compañero.

Cuando el avión comienza a recorrer la pista se escucha la voz del piloto "tripulación de cabina, estamos listos para el despegue" y ahí las azafatas se dejan de hueviar y se sientan. Ahi viene el mejor momento del vuelo, el despegue.

Cuando el avión ya ha tomado la altura necesaria comienza el paseo de los carritos con la "cena" (un pan con queso. No, si no es chiste, un pan con queso. De ahí el sobrenombre de "Pan Chile"). Los carritos caben justo por entremedio de los asientos y son 2. Uno por delante y otro por detrás. (se imaginarán lo que debe ser pal que tiene un ataque de diarrea y queda atrapado en el pasillo entre ambos carros). Una vez que ya todos comieron y chuparon, el viaje se hace más apacible, pero es precisamente esa apacibilidad aparente la que inquieta.

En el programa que mencioné al comienzo, el de Aeroperú, mostraron parte de los diálogos rescatados de la caja negra. Aquellos que los pilotos tenían con la torre de control cuando notaron que los sensores y controles se habían ido a la mierda y no marcaban nada. Estaban volando de noche y sin instrumentos, y pa mas remate, de la torre de control le daban puras órdenes erróneas. Les dijeron que iban a 8 mil pies de altura y en recta cuando en realidad iban en picada hacia el mar. Obvio que se sacaron la chucha y nadie sobrevivió.

Eso me hace imaginarme, como habrán sido los momentos previos para la gente que iba a bordo. Apuesto que iban echando la talla algunos, otros leyendo el diario y otros escuchando música. A lo más, se habrán abrochado el cinturón cuando se encendió la señal, y de seguro habrán pensado "es una turbulencia normal", que es precisamente lo que uno piensa cuando el avión se zamarrea un poco y la jefa de cabina dice "el comandante ha activado la señal de abrocharse los cinturones. Rogamos volver a sus asientos, enderezar su respaldo, levantar la bandeja y mantener el cinturón abrochado hasta que la señal luminosa se apague". (uuuuy que memoria papá!!!) . Ahí es cuando uno, haciéndose el weón (y el valiente) hace todo lento, como si supiera que nada pasa y pa hacerse el weón "de mundo", el weón "viajao" empieza a mirar pa todos lados a ver si ve a algún otro weón asustado. Pero lo que es más clásico, es mirar a la azafata y usarla como indicador, ya que si uno la ve tranquila, se da por enterado de que es algo de rutina, en cambio si la ve apurada o con cara de susto, sabe a que atenerse. Es lo que se conoce como el "efecto azafata".

Hay turbulencias piola, en que el avión se mueve brusco, como temblando, y puede durar uno ó más minutos. Pero hay otras turbulencias en las que el avión literalmente cae varios metros y se siente ese vacío en la guata. Esa si que asusta. Nada que decir.

Pero ¿como será cuando el avión se está estrellando realmente? Con seguridad uno estará relativamente inquieto, con el cinturón bien apretado y mirando la cara de la azafata. Luego vendrá un zamarreo firme, quizás un sonido de explosión, signo de que explotó un motor y caerán las mascarillas sobre las cabezas. La gente empezará a hablar mas fuerte y algunos a llorar. La sensación de caída no hará más que provocar el terror y el pánico y comenzarán los gritos desesperados de la gente que ya se siente cercana a la muerte. Luego, la voz del piloto por el altoparlante: "Estimados pasajeros, acabamos de sufrir la explosión de uno de nuestros motores. Hemos declarado la emergencia a la torre de control y rogamos hacer uso de las mascarillas en caso de necesidad. Nos precipitamos al océano a una velocidad de 800 km por hora. Sin embargo, nuestra línea aérea le invita a disfrutar del vuelo y del snack a bordo. Y le recuerda que nuestras azafatas están para servirle. En nombre de la compañía, me despido de todos uds y les doy las gracias por preferirnos. Por último, les solicito que repitan después de mí.... Padre nuestro... que estás en el cielo...."



No se asusten. Volar sigue siendo la manera más segura de viajar. En el caso del aeroperú se logró esclarecer la causa del accidente: el pintor que hizo la mantención del avión, tapó con masking tape los sensores externos de la máquina (los que captan altura, velocidad y ubicación) para no estropearlos con pintura y olvidó destaparlos antes de entregar el avión. Hoy está preso como único responsable del accidente. Volar no es peligroso; pintar sí. (en la foto, restos del avión con masking tape).