viernes, noviembre 13, 2009

¿ANTOFARRAYA?

A los ya conocidos apodos de "Antofapasta" y "Antofarrasca", debiéramos sumar el de "Antofarraya", y no porque los ciudadanos nos estemos rayando con los problemas locales (aunque igual podría ser), sino que en alusión directa a los llamados graffittis que "hermosean"cada muro de nuestra "turística" ciudad.
No hay casa, edificio, monumento, banco de plaza ni asiento de micro que se salve. Todo rayado con signos ininteligibles que nisiquiera pueden ser considerados como ornamentales. Desde mensajes futboleros como "GB", "LDA", pasando por toda la gama de nombres que tiene el aparato reproductor masculino, hasta firmas y marcas territoriales, es posible ver en cada pared y espacio público.

Por supuesto que en un recorrido por la ciudad podemos encontrar graffittis de verdad, o sea, pinturas y obras de buen nivel que si son un aporte al hermoseamiento ciudadano, pero que lamentablemente son la minoría. siendo el resto pura basura gráfica.
Sin ir más lejos, el remodelado Edificio Histórico ubicado en la costanera Central, no alcanzó a durar más de una semana con los muros recién pintados sin que fuera atacado por estos vándalos del spray.

Y no le achaquemos toda la culpa a los adolescentes, porque en período de campañas políticas, podemos encontrar colosales mensajes publicitarios de "VOTE POR..." financiados por los mismos sujetos que se candidatean. Por supuesto que una vez terminadas las elecciones, es el dueño del muro el que tiene que limpiar ya que el responsable del rayado se hace humo. Linda y limpia forma de hacer campaña.
Entonces ¿qué hacemos? Algunos lisa y llanamente proponen cárcel pero como la mayoría de los autores del delito son inimputables por edad, otros sugieren penas de trabajos comunitarios, principalmente el repintado de la muralla siniestrada con costo a su bolsillo. Otros proponen sanción a los padres o tutores, y otros más utópicos se inclinan por la educación y la rehabilitación.

Por su parte, el comercio no se ha quedado atrás y ha encontrado la oportunidad precisa para hacer negocio: Ya salió el "limpiador de graffittis" que no daña la pintura base y elimina en un 100% el molesto rayado de su pared. Pero, ¿tendremos que dedicar toda una vida a limpiar la pared cada vez que un desadaptado social la raye, o haremos como tantos dueños de casa que se aburrieron de luchar contra la corriente y simplemente se acostumbraron a tener sus paredes rayadas?

¿Será momento de que comencemos a tener una actitud más activa frente a esto? La próxima puede ser tu casa...




¿Tendremos opción de cambiar a niñitos como éste?

miércoles, noviembre 11, 2009

¿ANTOFARRASCA?


Terrible. Incomprensible. Molesto. No sé, no se me ocurren más conceptos para graficar la condición higiénica de nuestra ciudad.Basura, basura y más basura. Nadie es capaz de tirar el papel en el basurero como corresponde.

¿Qué? ¿Que no hay suficientes basureros? bueno, si, tienen razón, la mayoría se los han robado, los han chocado, los han quemado o los han pateado, pero eso no es justificación para tirar el papel al suelo. Guárdatelo en el bolsillo y bótalo en tu casa. ¿tan difícil es? Me ha tocado ver como padres "modelo" lanzan basura desde el auto, sin ningún asco. Y anda a decirles algo.

¿Por qué Antofagasta no puede ser limpia?, o mejor dicho, ¿Por qué los "antofagastinos" no pueden ser limpios? Esta debe ser unas de las pocas ciudades costeras con tan poco cuidado del aseo de sus costas. La gente que va de paseo a la playa no es capaz de dejar limpio el sector donde acamparon, y si alguien les hace notar esta falta de ecología o de cultura, te chapean al tiro como "Capitán Planeta". Y cuando se trata de esgrimir teorías al respecto, se habla de que Antofagasta por su condición de "ciudad dormitorio" no es respetada por los visitantes, que la población flotante no siente arraigo por esta tierra, que los jóvenes no tienen una imagen sólida de sus mayores en lo que a aseo se refiere, que la fuerza de gravedad es mayor en esta zona y atrae más facilmente la basura al suelo, que no es basura sino que chatarra espacial, que son restos de la capa de ozono que se ha precipitado a tierra, que la gente se despelleja más en esta época, que es arte moderno... ¡¿No es más facil reconocer que somos una población sucia y punto?!

La campaña "Se te cayó un papel" no fué todo lo efectiva que se esperaba. Las veces que ví personas diciédoles a otras "hey, se te cayó un papel" cuando arrojaban basura al suelo, les respondieron "bueno ¿y?" o "recógelo vos poh". O sea, ningún atizbo de reconocer el error.

Yo tengo pensado implementar una campaña en la que aparezcan dos personas en el spot, en la playa o en el centro, y una le diga a la otra "mira, cacha como ese compadre está tirando la basura al suelo", y que las dos se queden mirando y digan "¡Que flaaaiteeee!", y así se masificaría el concepto, entonces cada vez que alguien bote algo al suelo, los demás le digan "que flaite", obviamente relacionando el "flaitismo" con la falta de cultura y no con la pobreza (antes que me salgan a decir que estoy prejuiciando). Adicionalmente la campaña contaría con "el acusete", un personaje que, megáfono en mano, y en pleno centro de la ciudad o lugares estratégicos se dedicaría a vociferar a todo volumen: "Oiga señora, el papelero está en la esquina, ¿Por qué no bota la basura ahí mejor?", "Hey Caballero, ¿no se dió cuenta que tiró un papel al suelo?", o "oye, flaco, ¿No te enseñaron en tu casa que la limpieza es cultura? Recoge el papelito mejor". De esta manera la gente, andaría asustada y antes de pasar por ese momento incómodo, se condicionarían a arrojar la basura donde corresponde. El único incoveniente es que ahora existe una Ordenanza municipal que prohibe los ruidos molestos, eso sin contar que al "acusete" le podrían sacar la cresta por sapo.
Por ahora, la cosa sigue sucia y nosotros super acostumbrados a vivir entre la basura y la incultura. Mal, mal, mal. Y lo peor, no se vislumbra ninguna posibilidad de cambio...

lunes, noviembre 02, 2009

JÁLOGÜIN


El halloween, una fiesta que, siendo niño, yo y mis amigos envidiábamos a los gringos. Si, porque en las películas (y en Snoopy) se veía que los niños se disfrazaban, adornaban las casas con motivos de terror, salían en patota a hacer travesuras y terminaban con una bolsa llena de dulces. O sea, la pasaban bacán.

Bastó que la cosa se masificara (esto de la "aldea global" no es ningún cuento) y llegara a lugares tan insólitos y recónditos como Chile. Claro que acá, como buen país sudamericano, la cosa se adaptó a la realidad local:De partida, acá no hay calabaza de halloween, a no ser que sean de plástico, porque el zapallo está muy caro como pa' usarlo de adorno terrorífico por una pura noche; los niños no pueden salir solos a pedir dulces porque capaz que los atropellen, los cogoteen o los rapten, los adultos son los que más disfrutan disfrazándose y algunos hasta dejan salir sus más ocultos impulsos transvetistas; las discoteques se hacen la américa regalando tragos y otros regalos a los mejores disfraces y no es raro ver al término de la fiesta a monjas vomitando, guasones con la pálida y zombies con el maquillaje corrido.

Para que hablar de las casas comerciales especializadas en disfraces y accesorios, abren las 24 horas los días previos y facturan miles de pesos en ventas; el comercio informal (el de cuneta) despliega toda su variedad de dientes de vampiro, cachos que se iluminan, y la "novedad del año": la máscara de Scary Movie (la novedad del año 97, si).

En fin, como tantas otras costumbres foráneas, hemos chilenizado el "Jalogüín", y aunque sea una fiesta netamente comercial ya la hemos aceptado. Eso si, soñé toda la noche con diablitas, enfermeras, mujeres policías, vampiras y brujas (y no fueron pesadillas, :P)

martes, octubre 27, 2009

VEO LAS COSAS COMO SON

Así no más, tal como dice Cerati en el primer verso de su nueva canción, "Deja Vu", ahora si que veo las cosas como son...y la verdad, es muy diferente a como las veía... y no es ninguna reflexión filosófica ni sociocrítica, simplemente sucede que me operé los ojos y ahora veo "derechiiito"...

Hasta el año 1996 yo creía que veía bien. En la U me sentaba en el último asiento y a veces no veía la letra chica, pero lo consideré siempre normal. Estudiaba de noche y con una luz bien penca (ampolleta amarilla de 25 watts), pero no fué hasta que me presenté a dar el examen de manejo que supe la traumática noticia: "estai corto'e vista po' cabro. tení que usar lentes". (super sutil el médico para dar la noticia). Al principio no lo podía creer, pero, en una familia con genes pitiaos de los ojos no había otra posibilidad. Miopía y astigmatismo. Lentes permanentes. Y así me pasé la vida, con mis lentecitos, que a veces simplemente no los usaba, hasta que me empecé a dar cuenta que habían cosas que sin ellos no podía hacer, como jugar a la pelota, manejar o carretear. Hasta que me decidí y me operé.

Sinceramente, para mi, fue del terror. Te sientan en una silla como la del dentista, te tapan entero como con una mortaja, que deja solo el ojo destapado y te lo abren con un artefacto plástico que impide parpadear y que duele más que la cresta. De ahí, solo se ve parpadear una luz roja y se escuchan las voces del equipo médico. El momento que más desespera es cuando se producen unos segundos de ceguera total que se hacen interminables,y el corazón se acelera a mil por hora, hasta que poco a poco se comienza a ver la luz roja parpadear de nuevo. El corte con láser no se siente, dura como 9 segundos y el dato freak es que sale olor a carne quemada. De ahí, la recuperación es progresiva y no tan inmediata, pero cuando se empieza a ver clarito sin lentes es es-pec-ta-cu-lar. Lo fome es que ahora que uno ve bien bien, se arrepiente de taaaaantas cosas......pero también se agradece haberse salvado de taaaaantas otras.

En fin, la cosa es que ahora estoy super bien, veo las cosas como son, aunque igual me operaría el tercer ojo, el ojo hindú, el de la intuición, para ver a las personas tal como son y no solamente como se muestran "pa afuera".