Todavía recuerdo la psicosis generalizada que había en diciembre de 1999 cuando se acercaba inexorablemente el fin de año y con ello el temido Fin del Mundo a las 12 de la noche del último día del año, del siglo y ¡del milenio!.
O sea, igual era como para tenerle miedo, pero el hecho de que tuviera que ser a las 0:00 horas ya le restaba rigor científico a la predicción. Claro, porque de ser así, entonces el mundo se hubiese ido acabando por partes, primero Australia, que tiene 12 horas de adelanto respecto a Chile (ellos celebran Año nuevo cuando acá recién son las 10 de la mañana del 31 de diciembre) y luego el resto de los países según uso horario.
Aún así, las autoridades de la época pronosticaban que los accidentes iban a ser por montones ya que todos querrían salir a "carretear" el día histórico en que se produciría el cambio de milenio, por lo que recomendaban festejar en casa.
Esa noche recuerdo haber estado en la Playa "las palmeras" con los muchachos de Los Con Dones y los de la batucada TumboPoza Chica, tocando al aire libre e improvisando reggaes, murgas y sambas. Era como el carrete soñado, a orillas de la playa y haciendo música playera. El cambio de milenio había sido tranquilo a las 12 y no se veía mucha distorsión. Claro que se decía que iba a quedar la cagada al término de los carretes.
En un momento, en pleno webeo, el dueño del sitio nos pide desalojar por la hora y alguien dice "vámonos todos a mi casa, en el patio la seguimos". Y todos agarraron sus cosas, abordaron autos y partieron. Lo malo fue que, mi gran amigo Christopher y yo, en eso de cargar cosas y salir, nos quedamos a pata y todos se fueron en auto. Onda, quedamos ahí tirados en las Palmeras, solos, sin celular y sin auto. No nos quedó otra que caminar hasta el huáscar (recordemos que esto queda harto mas allá del Huáscar, casi llegando a Coloso), y en la mitad del camino, se nos ocurrió subir un cerro para ver el colapso de las carreteras y los miles de choques, atropellos y accidentes varios que se habían presagiado.
De la casi hora y media que estuvimos arriba del cerro, no pasó nada de nada, a lo más una pelea de curaos en la playa que no pasó a mayores. Aburridos y ya a plena luz del día, bajamos, nos encontramos con no recuerdo quienes y terminamos en un carrete por ahí.
Así pasé el famoso y fatídico cambio de milenio. Y hoy, celebrando la llegada del 2008, me pregunto ¿Se acabará el mundo alguna vez?
No olvidar que las profecías mayas (todas cumplidas hasta ahora, excepto aquella del fin del planeta) lo tienen muy pendiente para un par de años más.... Ojo
lunes, diciembre 31, 2007
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